Y con éste… 100

1 Feb

99…… ¡¡¡¡y 100!!!! Porque con éste ya van 100 posts: tres años de Mi Diminuto Jardín y 100 posts.

Seguro que estas cifras no cumplen ningún ratio de eficicacia según los expertos en esto de los blogs y las redes sociales pero, para mi, es todo un logro. Un logro porque cuando abrí el blog no sabía si iba a ser capaz de mantenerlo activo, pensar en temáticas para ir actualizándolo… y la realidad es que con más o menos frecuencia, dedícándole más o menos tiempo o incluso, admito, con más o menos ganas… pero puedo decir que este pequeño espacio sigue siendo mío y me sirve para dedicar tiempo a todo aquello que me gusta, porque para mi es una herramienta para acercarme a mis hobbies e incluso aprender más sobre ellos.

Si, para mi es logro e incluso puedo decir que estoy orgullosa. No por el alcance del blog, no por el  número de seguidores… no, este espacio me hace sentir orgullosa porque he creado mi propia ventana al mundo, una ventana a la que me asomo siempre que quiero y que me permite incluso definir y perfilar una pequeña parte de mi.

No puedo negar que me hace ilusión cuando alguien me dice «¡me gusta lo que escribes!», siento lo mismo que cuando alguien te dice un «me he acordado de ti», «estuve aquí y te hubiera encantado», «me hubiera gustado que hubieras estado» o «echaba de menos estos ratos contigo». ¡Qué bonitas frases, ¿verdad?! Denotan no sólo cariño, sino que también te conocen bien. Así que muchas gracias a todas aquellas personas que a lo largo de estos 100 posts me han dicho algo parecido, porque significa que gracias a Mi Diminuto Jardín, me han ido conociendo un poco más. Y, a mi, me gusta que la gente me conozca.

Me gusta que la gente me conozca, que sean capaces de sincerarse y yo sincerarme con ellos. Porque de cara a la galería todos somos de revista, todos salimos guapos en las fotos, a todos nos va bien, pero la realidad puede ser otra y, ¡ey! somos humanos, podemos estar interesados en querer cambiar de dirección aunque «lo marcado» por alguien que todavía no he tenido el placer de conocer, diga que esa no es la dirección correcta.

Por otro lado, mientras escribía estas 100 entradas han pasado cosas en mi vida y, ¿sabeis qué? Hasta hace bien poco mi vida estaba llena de listas: lista de cosas pendientes, lista de lugares que quería visitar… y se puede decir que de un día para otro mi perspectiva cambió. Si, las listas no están del todo mal, pero lo malo es cuando pasa demasiado tiempo sin tachar nada de esa lista. Si ésto pasa, considero, que algo no está funcionando bien en nuestras vidas.

Si, porque todos más o menos tenemos esa lista, aunque sea en la mente, de cosas que nos gustaría hacer, pero el problema es que no sabemos el tiempo que tenemos para hacerlas realidad y, ¿lo peor? que esperamos a que se den las condiciones perfectas para llevarlas a cabo. Cosa curiosa cuando estamos rodeados de imperfecciones y, ¡sobre todo! cuando el propio ser humano es imperfecto. Paradójico, ¿no?

Por eso quiero dedicar el post número 100 a proclamar mi propio manifiesto, conciso y claro:

«Puedo prometer y prometo que en este blog no se nombrará la palabra wish list (lista de deseos) a partir de ahora. Porque no podemos hacer una lista de deseos, hay que cumplirlos y punto, sean grandes o pequeños, sean más o menos importantes, sean genialidades o tonterías, nos llamen locos o visionarios.

Se permite hacer pequeñas listas, pero con el único objetivo de recordar aquello que alguna vez nos entusiasmó, nos hizo ilusionarlos y, si pasado un tiempo prudencial, ese deseo ha sustituido a otro, no hace falta tacharlo porque sólo con pensar en ese deseo recordarás lo que te hizo feliz.

Por otro lado, y pasado otro tiempo prudencial, no has tachado ningún deseo pero esta vez por la simple razón de que no tuviste tiempo de llevarlo a cabo… cambia algo en tu vida. Pero recuerda, paso a paso, no te agobies.

Si, por el contrario, la razón por la que no llevas a cabo tu deseo es porque estás esperando a «algo», analiza si ese algo es esencial para hacer realidad tu deseo. ¿Lo es verdaderamente? ¿Ese algo es una fuerza interesteral que te prohibe manejar tus ilusiones? Si la respuesta es NO ponte manos a la obra: planifica y a por ello.

Y, por último, que no se te olvide nunca echar la mirada atrás para recordar todos aquellos deseos que ya fueste capaz de cumplir.

¡¡Suerte!!»

Y, una vez más, GRACIAS.

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